EVALUACIÓN DE LOS PÁRQUINS EUROPEOS
No es usted torpe, ¡la plaza es estrecha!, las plazas son muy pequeñas para las dimensiones actuales de muchos coches.
El programa EUROTEST en el que han participado los clubes automovilísticos RACC y RACE, ha evaluado 60 aparcamientos públicos situados en las zonas céntricas de 15 ciudades europeas. El trabajo analiza 130 puntos de control, divididos en categorías como seguridad, facilidad de conducción, accesibilidad y tarifas. España, representada por Barcelona y Madrid, obtiene un resultado medio de “aceptable” destacando el sistema de pago por minutos, único en Europa y el más justo para los usuarios. La principal dificultad encontrada por los expertos ha sido que las plazas eran estrechas y que no se correspondían con las dimensiones actuales de los coches.
Accesibilidad
Criterios de exclusión han sido que la altura de entrada fuera inferior a 1,90 metros, las rampas con pendientes superiores al 15% y el ancho de las plazas inferior a 2,30 metros. La normativa vigente es muy antigua, “la ordenanza de Barcelona establece un ancho mínimo de 2,20 metros y la de Madrid 2,25 metros “el problema surge cuando los coches actuales son 20-30 cm más anchos que los coches de hace 30 años, lo cual provoca dificultades”.
Marca España
Aun así, Barcelona y Madrid han quedado en un lugar aceptable respecto al resto de ciudades. Amparo Revuelta, directora general de ASESGA (Asociación Española de Aparcamientos y Garajes) asegura que “los párquines de España están por encima de la media europea en cuanto a medidas, facilidades de uso, diseño interior y tecnología”. Advierte de que “existen algunos aparcamientos muy antiguos, sobre todo en el centro de las ciudades, que tienen ciertas hipotecas estructurales, pero ello no puede convertirse en base de una afirmación categórica”. El informe confirma esta calidad y destaca el sistema de tarificación por minutos que existe en los estacionamientos públicos de Madrid y Barcelona, único en Europa. En cuanto a los aspectos que deben mejorarse, David Fernández, experto en movilidad del RACE, señala la “falta de iluminación y dificultades de acceso para personas con movilidad reducida”. A favor resalta la presencia de personal, el registro de matrícula, la existencia de plazas para motoristas, facilidades de pago con tarjeta de crédito y que se encuentran abiertos las 24 horas.
En otros países
En ciudades como Copenhague (Dinamarca) los carriles son tan estrechos que es muy difícil maniobrar. En cambio, las columnas de recarga para vehículos eléctricos estaban más ocupadas que en cualquier otra ciudad.
Luxemburgo destaca por sus tarifas económicas, pero puertas y ascensores resultaron ser demasiado estrechos para silla de ruedas.
Los estacionamientos más caros se encontraron en Oslo (Noruega) y en la ciudad de Ámsterdam en Holanda. Sin embargo, las dimensiones de las plazas son amplias (de 2,50 metros).
Los párquines evaluados de Bruselas (Bélgica) estaban llamativamente limpios.
Ginebra y Zúrich (Suiza) se encuentran abiertos 24 horas pero no existe accesibilidad para personas discapacitadas.
Igual ocurre en la capital francesa, París, por su estrechez en puertas y ascensores, aunque dispone de la posibilidad de pago con tarjeta en la propia barrera de salida, sin tener que pasar por las máquinas de pago.
En los aparcamientos examinados en Viena (Austria) encontramos un cierto encanto decadente, pero la longitud de las plazas son de 4,80 metros, 20 centímetros menos que en el resto de estacionamientos.
En las ciudades alemanas de Múnich, Fránkfort y Berlín fue difícil pagar con tarjeta de crédito o encontrarlos abiertos 24 h.
Por último en Zagreb (Croacia) los expertos encontraron buenas tarifas, plazas suficientemente anchas y en su mayoría libres de barreras arquitectónicas.